El vuelo oceánico de las arañas
Esto hace referencia a un modo de transporte por los aires que ejercen algunas arañas empleando un sistema compuesto por hilos de seda de araña.
Algunas arañas aprovechan las fuerzas electrostáticas para elevarse en el aire. El fenómeno, documentado por el propio Darwin, puede dar lugar a vuelos de distancias kilométricas.
Para entender mejor lo que sucede, sumerjámonos en los diarios de Charles Darwin, quien fue testigo del fenómeno, Darwin se fijó especialmente en la manera en que los animales iniciaban el vuelo: las arañas llegaban a la cima de algún objeto, levantaban el abdomen hacia el cielo, lanzaban hilos de seda de unos dos o tres metros de largo y, entonces, despegaban según la horizontal con una rapidez muy notable.
Por lo general, el despegue de estos animales tiene lugar con una brisa leve, un viento de no más de tres metros por segundo.
La fuerza correspondiente es proporcional a la velocidad del hilo relativa al aire y, de manera aproximada, a la longitud del hilo. Con un hilo de un metro y una velocidad ascendente del aire de 0,1 metros por segundo, la fuerza resulta ser del orden de un micro-newton; esto es, equivalente al peso de 0,1 miligramos.
Lo que las vuelve una especie impresionante y casi única en usar este método, ya que, se necesitan de diversos factores para lograr llevar a cabo esta acción.
Esta técnica tiene diversas funciones, como sonː
- Desplazamiento
- Colonización
- Búsqueda de nuevas zonas de caza
- Polinización de las plantas Un requisito para la ocurrencia de este fenómeno es una subida repentina de la temperatura. Esto ocurre en días en los que el suelo se calienta rápidamente y provoca un flujo ascendente de aire el cual las arañas aprovechan para liberar sus sedas y emprender el vuelo

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